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Entrevista a Mercedes Gómez Blesa sobre Feminismo incluida en la revista de ISMUR SEGOVIA 2019

Doctora en Filosofía. Mercedes ha centrado sus investigaciones en el ámbito del pensamiento español contemporáneo, dedicando especial atención a la obra de las intelectuales de la II República y, muy especialmente, a la de María Zambrano. 

ISMUR- ¿Qué visión tienes de los movimientos feministas a nivel mundial?

M.- Según muchos expertos y teóricos feministas estamos inmersos en lo que se ha denominado como la “Cuarta Ola” del feminismo, surgido a partir de los años ochenta del siglo XX, con la entrada de los feminismos descoloniales, que propusieron tomar en cuenta la intersección, a la hora de analizar la situación de la mujer en el mundo, de las nociones de género, etnia y clase social. Corrientes como los feminismos negros, islámicos o indígenas latinoamericanos pusieron de manifiesto que el modelo hegemónico de mujer construido hasta entonces, blanco, occidental, europeo y de clase media, no las representaba. Se hacía imprescindible, por tanto, introducir el debate en torno al multiculturalismo y las formas de hacer feminismo de mujeres afro, musulmanas, asiáticas o, en torno al tema  de la sexualidad, con la teoría queer, en relación a lesbianas, bisexuales, transexuales… No se puede hablar ya de feminismo en singular: el plural se convierte en imprescindible. 

En los dos últimos años, el movimiento #MeToo, que han protagonizado las artistas americanas contra la violencia de género en el mundo del cine y que se ha hecho extensivo a buena parte de Occidente y a otros ámbitos profesionales, ha dado un gran impulso a las reivindicaciones feministas. De hecho, se ha internacionalizado este movimiento gracias al activismo online y al uso de las redes sociales que le han dado una visibilidad a gran escala. Celebridades, influencers y personajes famosos usan su popularidad para abogar por los derechos de la mujer, con gran repercusión mediática. Existe el riesgo de que se banalice el feminismo y que devenga en un movimiento tan abierto a todo el mundo que pierda las directrices y acabe siendo deglutido por el neoliberalismo como una moda. 

Los grandes retos para esta Cuarta Ola del feminismo son muchos: lograr la sororidad entre mujeres que, por sus diferentes orígenes nacionales, étnicos o religiosos tienen también formas muy diversas de entender sus luchas; luchar contra el patriarcado que se ampara en el neoliberalismo que precariza el trabajo de las féminas y les pone cortapisas para ocupar los puestos más altos; dar visibilidad a los éxitos alcanzados por mujeres para que las niñas cuenten con referentes femeninos que les puedan servir de ejemplos positivos. Acabar con los feminicidios, con las mutilaciones genitales, con los matrimonios impuestos, con el analfabetismo femenino, etc.

ISMUR- ¿El año pasado el 8M supuso un punto de inflexión? ¿Ha cambiado algo?¿Qué repercusiones ha tenido? 

M- La huelga feminista del pasado 2018 marcó un hito en la lucha del feminismo en España, pues el enorme seguimiento que tuvo puso en evidencia la fuerza que tienen las mujeres como grupo transformador de la sociedad. Ya nadie duda del poder del Feminismo como agente de regeneración social. Hoy en día los partidos que gobiernen, antes de tomar cualquier decisión política, no van a tener más remedio que contar con la opinión de las mujeres porque, de lo contrario, podríamos llegar a paralizar el país. Pero creo que este activismo debe marcarse unas metas claras, debe plantearse los fines de su actuación y eso requiere y exige meditar sobre los modelos de mujer que queremos abanderar,  sobre las formas sutiles en las que se enmascara hoy en día el machismo y sobre cuáles son las mejores estrategias para conseguir los objetivos.

ISMUR- ¿Existe un riesgo de retroceso en las conquistas de igualdad?

Por supuesto, el enorme avance alcanzado por el feminismo en estos dos últimos años puede sufrir un enorme retroceso si sube al poder la coalición de partidos de derechas, a tenor de las exigencias de VOX en Andalucía de derogar la Ley contra la violencia de género para seguir dando su apoyo al nuevo gobierno del PP, o el anuncio de Casado de querer abolir la ley del aborto actual para retrotraer la ley del aborto de 1985, en la que la mujer sólo podía interrumpir el embarazo en tres supuestos: cuando había riesgo grave para la salud física o psíquica de la mujer embarazada, violación y malformaciones, hechos que suponen una seria amenaza a los logros alcanzados hasta la fecha.​

Estos políticos son reos de prejuicios religiosos que obliteran la libre elección de la mujer y de la pareja a decidir cuándo libremente quieren tener un hijo, de un conservadurismo que sitúa en la familia tradicional heterosexual el núcleo social, haciendo caso omiso a otros tipos de relaciones y de nuevos modelos familiares.

ISMUR- ¿Cómo se puede trabajar que hombres y mujeres incorporen los valores feministas para ir hacia otro modelo de sociedad?

M.- Yo creo que hay dos vías posibles que deben ir de la mano: por un lado, el papel tan importante que tiene la educación en el seno de la familia y en la escuela para crear y fomentar estereotipos y patrones de comportamiento basados en la igualdad de género, acompañada, además, de una necesaria educación sexual que tenga como objetivo primordial la normalización de las relaciones humanas; por otro, deben fomentarse políticas igualitarias por parte del Estado que eviten situaciones de discriminación de género. El apoyo estatal e institucional para el logro de la igualdad es esencial, materializado en campañas publicitarias encaminadas a despertar una sensibilidad que condene cualquier conducta violenta hacia el otro sexo y rechace comportamientos vejatorios y excluyentes hacia la mujer; así como leyes que castiguen a quienes incurran en estas conductas discriminatorias. 

ISMUR- ¿Por qué debemos las mujeres parar de nuevo el próximo 8M?

M.- Hay muchos motivos por los que debemos ir a la huelga. En primer lugar, creo que es esencial volver a salir a la calle para afianzar la fuerza adquirida en el año 2018, demostrando el poder de las mujeres cuando nos unimos.  Podemos verlo en el impacto que tuvo sobre el gobierno y el poder judicial la masiva respuesta que dimos las mujeres tras conocer la sentencia de “la manada” que conllevó la modificación del Código Penal sobre la distinción entre abuso y violación. 

Todavía hay muchos temas que tenemos pendientes para lograr la igualdad total y que nos deben animar a seguir movilizándonos: la falta de medios económicos y de decisión política para acabar con la lacra de la violencia de género; la desprotección en la que quedan los niños y niñas de madres que han muerto a manos de sus parejas o exparejas; la escasa formación de los jueces en materia de violencia de género; la discriminación laboral de las mujeres a causa de las bajas por maternidad que las aleja de los puestos de mayor responsabilidad en las empresas, además de sufrir una discriminación salarial; la necesidad de que el Estado asuma y costee la Ley de dependencia para que no recaiga sobre las espaldas de las mujeres el cuidado de las personas mayores o con discapacidad; luchar contra la medicalización del cuerpo femenino, clasificando como enfermedades los desarreglos propios de nuestro sexo (menstruación, menopausia); el derecho al aborto libre, sin restricciones; la laxitud con la que se combate la trata de blancas, la cosificación de la mujer en la publicidad, la falta de referentes femeninos en los libros de texto, etc. 

ISMUR- Desde tu trabajo diario en educación como profesora de Filosofía de jóvenes/adolescentes ¿Cómo ves a los chicos y chicas de esta edad en cuanto a feminismo, igualdad, estereotipos, machismo…?

M.- Tengo una sensación ambivalente porque, por un lado, veo cómo las chicas cada vez están más empoderadas y se despierta en ellas el orgullo de ser mujer y su conciencia feminista, muy reivindicativa; pero, por otro lado, muchas de ellas son incapaces de detectar comportamientos de sus compañeros que podrían ser clasificados como violencia de género. Me preocupa que la mayor parte de las letras de reguetones que escuchan los chavales son abiertamente machistas, donde la mujer es un mero objeto sexual al servicio del hombre, y esto es aceptado por muchas jovencitas. Es imprescindible introducir en el curriculum de secundaria una asignatura de educación sexual que enseñe a gestionar las emociones que se experimentan durante la adolescencia.